27/1/10

Filipe Luis, el más fiero de los vencedores

Filipe, el más fiero de los vencedores




Y la más hermosa sonríe al más fiero de los vencedores. Así dice uno de los versos de la maravillosa marcha triunfal de Rubén Darío. Y así debe entenderse el partido celebrado el pasado sábado en Riazor. La más hermosa, su novia, enjuaga las lágrimas de pena y rabia de ese pedazo de jugador que se llama Filipe Luís y que en ese encuentro se ha ganado a pulso ser el más fiero de los vencedores. Un encuentro que tuvo dos fases muy diferentes. Una primera media hora con el Deportivo completamente sonado, -quizás debido al mazazo de los tres goles que le endosó el Sevilla en el encuentro de copa-, a expensas de un huracán rojiblanco que si no logró al menos tres goles, se debe única y exclusivamente a ese pedazo de portero, que curiosamente desechó Joaquín Caparrós, que se llama Daniel Aranzubia.

El Bilbao se paseó por el cesped, pero hay una máxima en el futbol que se volvió a cumplir inexorablemente: "Los equipos que desaprovechan tantas ocasiones al final pierden los partidos".

Se llegó al descanso y la entrada de Valerón en la segunda parte fue providencial para los intereses de nuestro Deportivo. El partido cambió como del día a la noche. Y es que el canario es mucho jugador. Algunos aficionados le reprochan que no corre. ¿Pero cuando corrió, Valerón?. Lo que pasa es que no es lo mismo jugar con Makay en punta que con Bodipo, con todos los respetos para el jugador Guineano-Sevillano. Ojalá el de Arguineguin, pueda continuar muchas temporadas al servicio de nuestro equipo.

El Deportivo sacó la garra que había mostrado en el segundo tiempo ante el Valencia en partido de Copa y hizo vibrar a sus seguidores. Un balón cabeceado por Bodipo lo remata Filipe ante la locura del respetable que casi no percibe la gravísima lesión del magnífico y bravo lateral brasileño. Rotura de peroné y luxación de tobillo que le tendrá apartado unos cuantos meses de los terrenos de juego. Y es que parece que al Deportivo alguien le ha echado mal de ojo. Que un equipo tan justito de plantilla y con tantas lesiones de hombres fundamentales, esté hacíendo lo que está cimentando cada domingo, es digno de todo elogio y admiración. Sin ocho jugadores, que se esté codeando con los cuatro primeros de la mejor liga del mundo, es sencillamente un milagro. No es aquel super Depor que maravilló por su enorme calidad y llenó las vitrinas de títulos importantísimos, pero si quizás el actual tenga tanto o más corazón y alma que aquellos inolvidables equipos. Bien lo comprobó el Bilbao. Se vió superado en la segunda parte por once jabatos, espoleados más si cabe por la dolorosa lesión del compañero.Querían brindarle una complicada victoria. Y así fue. En espera de la pronta recuperación del magnifico lateral y mejor persona que se llama Filipe Luís, a quien desde estas líneas le mando un abrazo fraterno, sus compañeros, guiados por una fe indestructible, fueron en pos de la victoria, muy trabajada,ganada a pulso, emocionante, lograda con sangre, sudor y lágrimas. Es la cara amarga del fútbol. Y también la más hermosa, pues el gesto maravilloso, al finalizar el choque, de todos sus compañeros, alzando al cielo coruñés la camiseta del fiero Filipe, demuestra a las claras el magnífico ambiente de unidad y compañerismo que tiene este equipo, que sabe pasar en tres días de villanos a héroes. ¡Y que héroes!

Y a proposito de héroes. Los que abren puertas al odio y al rencor y las cierran a la noble y pacífica convivencia, se meten en un terreno muy peligroso. Cuando ya creíamos superadas muchas heridas, han venido unos "iluminados"a abrirlas de nuevo. Pero que tengan cuidado ya que algún día y no muy lejano, se les puede volver contra si mismos. La historia no entiende de leyes, solo de hechos buenos y malos, pero todos asumibles por un pueblo serio y que quiera ser respetado. Los héroes de la historia de España, seguirán siendo eso, héroes, por mucho que quieran aventar sus recuerdos o retirar sus estatuas. En cambio personajillos de corte frailuno o monjeril, que se regodean con "retratos valientes", cuando el ofendido no puede defenderse, se difuminarán en la historia de su propia villanía y serán enviados a donde se merecen, al último lugar del menosprecio.



Calin Fernández Barallobre

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