13/11/09

LOS MOTEROS CORUÑESES.





LOS MOTEROS CORUÑESES.

Tengo que decirte, querido director del blog "El Balcón de Marineda", que el pasado domingo sentí una profunda emoción al ver a tres pilotos españoles ganar en las tres categorías del gran premio de Valencia de motociclismo. Julián Simón, Héctor Barberá y Dani Pedrosa, unidos a Jorge Lorenzo y Nico Terol han sido la magnifica apuesta española en esta temporada que termina. Emoción y nostalgia. Por un momento mi mente se transportó al inolvidable circuito urbano de Riazor, -por edad no conocí el de los Cantones-, donde se corrían unas emocionantes pruebas de velocidad. Nombres como Ignacio Bultó; Salvador Cañellas; Santi Herreros o el campeonísimo Ángel Nieto hicieron disfrutar a miles y miles de coruñeses que verano tras verano nos dábamos cita en los aledaños del estadio de Riazor, cuando aún mantenía aquella preciosa portada de grandes columnas y que en 1970 fue sustituida por el actual palacio de Deportes.

Muchos eran los coruñeses apasionados a la velocidad de las dos ruedas. Y entre ellos Emilio Martínez Lesta, vencedor en el circuito urbano de los Cantones; los hermanos Galán; Armando Fojón; Palacios;Julio Canedo; Botana; Pequecho Ramallo, o Julito Rodríguez Haz, entrañable compañero de colegio al que conocíamos con el sobrenombre de Porto.

Y que decir del Trial. También había un notable grupo de coruñeses apasionados por esa especialidad que combina destreza, fuerza, equilibrio y potencia. Cuanto he admirado a los Galán; hermanos Méndez; Fernando Ponte; Fernando Blanquet; el desaparecido y gran amigo Alfredo Malde; el bueno de Luís Rey “El Greco”; Enrique Marfany; Carlos Blanquet; Parga; Moncho Ceide; Manel Mantiñán;los hermanos Figueroa; los Barrón; Miguelito Parrondo;el ínclito Alfredo Cobas... Que me perdonen los olvidados.


A principios de los años setenta, para cronometrar una prueba valedera para el campeonato de España, se desplazó desde Madrid hasta nuestra ciudad, el querido José Luís Aparicio “Apa”. Tanto le gustó nuestra ciudad al de Chamberí, que se quedó en ella para siempre. Si hasta mis entrañables y veteranos amigos Gonzalo Figueroa y Pirulo Iglesias también fueron arte y parte en el mundo de las motos.

El Moto club Coruña, primero en el Café Torino, posteriormente en la Plaza de Pontevedra y luego en un magnifico primer piso de la calle Arzobispo Lago. O el entrañable Vespa club de la Plaza del Maestro Mateo, dominios del inefable Caamaño que regentaba el bar. ¡Que recuerdos!

Y que decir de los presidentes, Mitchell Thomson; el mencionado Marfany; Martorell o mi querido Pedro Méndez Zas, acompañado por su bella esposa Minuca, otra piedra angular del motociclismo coruñés.

Y es que los moteros son una gente magnifica, solidaria, amigos de sus amigos. Da gusto verlos cuando se desplazan a presenciar grandes premios por toda la geografía Patria. O cuando los tenemos en verano, aquí en La Coruña, durante un fin de semana de agosto. Una de los hechos de lo que más orgulloso estoy, como director del programa de Hogueras, es contar cada noche del 23 de junio con un sinfín de moteros, cada edición más, coordinados esta vez por César Vizoso y Manolo Corral, para que acompañen por el paseo marítimo a jóvenes atletas que por medio de relevos acercan el fuego de San Juan desde la Iglesia de la Orden Tercera hasta el lugar del paseo marítimo de Riazor, donde se encuentra instalada la falla sanjuanera, para que la Meiga Mayor de las Hogueras, consume el rito anual del fuego ante más de cien mil personas. Buena gente, estos moteros. ¡Que Dios os bendiga!

Calin Fernández Barallobre

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